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31-jul.-2025, jueves de la 17.ª semana del T. O.

«En todo amar y servir»; «Actúa como si todo dependiera de ti, sabiendo que en realidad todo depende de Dios» (san Ignacio de Loyola)

Esperanzador amanecer el que nos regalas, Señor, en este último día de nuestro mes dedicado a nuestra Madre Santísima en las advocaciones de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá, patrona de Colombia, y Nuestra Señora del Carmen. Hemos sentido tu protección y tu intercesión como madre de la piedad y la ternura. Gracias, Señor. 

Ahora iniciamos nuestra reflexión recordando la enseñanza de san Ignacio de Loyola, iniciador de la Compañía de Jesús a quien celebramos en este día, cuyo pensamiento nos inspira: «En todo amar y servir»; «Actúa como si todo dependiera de ti, sabiendo que en realidad todo depende de Dios»; «Ver nuevas todas las cosas en Cristo»; «¿De qué sirve ganar el mundo, si al final pierdes el alma?»  

Al retomar nuestras labores y nuestra rutina cotidiana, algunas veces nos llegan carreras y angustias, pero cuando nos llenamos de paciencia encontramos que todo lo podemos hacer en tu santo nombre. En este día nos regalas otra lección de amor porque nos das la red que hemos de echar en el mar de la esperanza y esperar una pesca abundante no de peces buenos y malos, sino una muy buena pesca. Esperamos que, gracias a este amor con que nos hablas, seamos los peces buenos por nuestras obras y acciones. 

Al darte gracias por estos días que nos has regalado, ahora nuestro corazón se llena de esperanza para decirte gracias, Señor, por todo lo que pudimos hacer durante este mes que nos regalaste porque hemos encontrado muchas alegrías, muchas felicidades y muchos momentos de satisfacción y, como nos dices hoy en tu palabra, lo antiguo queda a un lado porque la verdadera cosecha es lo que esperamos recoger en este día. A ti te alabamos te bendecimos y te glorificamos te damos gracias por lo vivido y recibido. 

Un muy feliz jueves vocacional y satisfactorio último día de mes.

Palabra del Papa

La parábola de la cizaña en medio del trigo y la de la red para pescar se refieren, sobre todo, a la presencia, ya operante, de la salvación de Dios. Pero, junto a los “hijos del reino”, se hallan también los “hijos del maligno”, los que realizan la iniquidad: sólo al final de la historia serán destruidas las potencias del mal, y quien haya acogido el reino estará para siempre con el Señor. (San Juan Pablo II, Audiencia, 18 de marzo de 1987).

Oración de preparación

Señor, hoy me hablas con claridad en tu Palabra, sobre el día final, en que separarás lo bueno de lo malo. No es un mensaje para atemorizarme, sino una tierna advertencia para que examine mi vida a la luz de tu verdad. Dame un corazón sincero, deseoso de agradarte, capaz de dejarse purificar, para que al final de mis días pueda ser contado entre los justos. Amén.

Oraciones de san Ignacio:

«Señor, enséñame a ser generoso. Enséñame a servirte como te mereces; a dar, y no contar el costo, a luchar, y no prestar atención a las heridas, a esforzarme, y no buscar descanso, a trabajar, y no pedir recompensa, excepto la de saber que estamos haciendo tu voluntad».

Así como la oración «Suscipe» (que en latín significa «Recibe»):

«Toma, Señor, recibe toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento, toda mi voluntad, todo lo que tengo y todo lo que poseo. Tú me lo diste todo, Señor; yo te lo devuelvo todo. Haz con él lo que quieras, según te plazca. Dame tu amor y tu gracia; porque con esto tengo todo lo que necesito».

Autor:
José Hernando Gómez Ojeda, pbro.